lunes, 23 de septiembre de 2024

La Vuelta al Cole Sostenible

 


 

Cada año en septiembre, millones de estudiantes en España se preparan para la vuelta al cole. Este evento anual no solo marca el inicio de un nuevo curso académico, sino que también representa una oportunidad para reflexionar sobre cómo nuestras acciones pueden impactar el medio ambiente. En un mundo cada vez más consciente de la necesidad de sostenibilidad, la vuelta al cole puede ser un momento perfecto para adoptar prácticas más ecológicas y fomentar una economía circular. Se trata de un momento en el que se realiza un enorme gasto no solo económico, sino también de recursos que en muchas ocasiones, podrían minimizarse aplicando las 3R: “Reutiliza, Recicla, Reduce.”

 

La sostenibilidad no es solo una tendencia, es una necesidad urgente por muchos motivos:

 

  • -       Supone un ahorro económico y de recursos
  • -       Ayuda a mantener el entorno limpio.
  • -       Ayuda a los más jóvenes a sentirse responsables y útiles a la sociedad
  • -       Mejora el estado del aire, del agua y del suelo.
  • -       Genera nuevos empleos y riqueza a nivel local, regional y nacional.
  • -       Ayuda a optimizar el reparto de recursos y bienes entre todos los ciudadanos eliminando un consumo irracional de los mismos.
  • -       Fomenta la creatividad dando nuevos usos a bienes usados
  • -       Y sobre todo, Contribuye de manera efectiva a dejar un mundo mejor a las siguientes generaciones enseñándoles a cuidarlo

 



La educación juega un papel crucial en la formación de ciudadanos responsables y conscientes del medio ambiente. Integrar la sostenibilidad en el currículo escolar puede ayudar a los estudiantes a comprender la importancia de cuidar nuestro planeta y a desarrollar hábitos que perduren toda la vida.



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Una de las claves para la creación de un mundo más sostenible es la economía circular, que como ya sabemos,  es un modelo económico que busca minimizar el desperdicio y hacer un uso más eficiente de los recursos. En lugar de seguir el modelo tradicional de “tomar, hacer, desechar”, la economía circular promueve la reutilización, la reparación y el reciclaje de productos y materiales. Este enfoque puede ser especialmente relevante en el contexto escolar, donde el consumo de materiales es alto y continuo, y los más jóvenes pueden aprender hábitos sostenibles de manera orgánica y natural para trasladarlo a su día a día, a sus familias, y a su futura vida adulta. En los colegios y centros educativos, no solo es importante formar e informar sobre sostenibilidad, sino que es muy importante hacer partícipes a los alumnos de manera proactiva, en conductas sostenibles. Hay muchas actividades que pueden hacerse para implicarles y fomentar la proactividad. Os dejamos algunas ideas:

Reutilización de Materiales Escolares: Fomentar la reutilización de libros de texto, uniformes y otros materiales escolares puede reducir significativamente el desperdicio. Las bibliotecas escolares pueden jugar un papel importante en este aspecto, ofreciendo libros de texto en préstamo y promoviendo el intercambio de libros entre estudiantes.

Proyectos de Reciclaje: Implementar programas de reciclaje en las escuelas puede enseñar a los estudiantes la importancia de separar los residuos y reciclar correctamente. Además, estos programas pueden incluir actividades prácticas, como talleres de reciclaje creativo, donde los estudiantes pueden transformar materiales reciclados en nuevos productos útiles.

Compostaje: Las escuelas pueden establecer programas de compostaje para gestionar los residuos orgánicos del comedor escolar. El compost resultante puede utilizarse en los jardines escolares, cerrando así el ciclo de los nutrientes.

Mercadillos de segunda mano: En muchas ocasiones los alumnos de cursos avanzados realizan diversas actividades para conseguir ingresos con los que ayudar a sufragar el viaje de fin de curso. Una opción alternativa o complementaria a sorteos, concursos , espectáculos o venta de manualidades, puede ser un mercadillo de artículos de segunda mano, juguetes, juegos, mochilas, estuches, etc…que los alumnos no utilicen.

Campañas de recogida sostenible y solidaria: Hay muchas cosas que los alumnos ya necesitan pero otras familias pueden aprovechar. Ropa, mochilas, carros de bebé, etc…que pueden recogerse en los centros educativos para que ONGs solidarias las entreguen a familias que lo necesiten más.




 

Por otro lado, el reciclaje es una de las formas más sencillas y efectivas de contribuir a la sostenibilidad. Enseñar a los niños a reciclar desde una edad temprana puede ayudar a inculcar este hábito en su vida diaria. Las escuelas pueden desempeñar un papel fundamental en este proceso, proporcionando contenedores de reciclaje claramente etiquetados y educando a los estudiantes sobre qué materiales pueden reciclarse y cómo hacerlo correctamente.

En 2021, España generó 115,4 millones de toneladas de residuos, de los cuales se reciclaron 49,4 millones de toneladas, un 4,5% más que en 20201. Además, en 2022 se enviaron a instalaciones recicladoras 1.627.313 toneladas de envases domésticos de plástico, metal, briks, madera y papel y cartón[1]. Igualmente, hay muchas actividades que se pueden fomentar en los centros educativos para implicar a los alumnos, como por ejemplo:

Concursos de Reciclaje: Organizar concursos de reciclaje puede ser una forma divertida y educativa de motivar a los estudiantes a participar en el reciclaje. Los concursos pueden incluir desafíos como recolectar la mayor cantidad de materiales reciclables o crear obras de arte a partir de materiales reciclados.

Talleres de Reciclaje Creativo: Los talleres donde los estudiantes pueden aprender a crear nuevos productos a partir de materiales reciclados pueden ser muy efectivos. Por ejemplo, pueden aprender a hacer papel reciclado, construir muebles con palets o crear juguetes a partir de botellas de plástico.

 


 

El respeto al medio ambiente va más allá del reciclaje y la economía circular. Reciclaje y economía circular, por separado o incluso de manera sinérgica, no son más que piezas de un todo que debe ser un estilo de vida. Reciclar en si mismo está muy bien, pero no basta. Participar de una economía circular, está muy bien, pero no es suficiente. El día a día de cada persona está compuesto de decenas de decisiones y actos que suman para bien o para mal. Podemos reciclar mucho y muy bien, pero derrochar energía y agua, y no habrá servido para nada el reciclaje. Podemos ser muy eficientes energéticamente, pero consumir muchos más bienes y productos de los que necesitamos, y tampoco habrá sido útil nuestra eficiencia. El respeto al medio ambiente, implica adoptar un estilo de vida que minimice el impacto negativo en el planeta. Esto puede incluir prácticas como el uso de transporte sostenible, la reducción del consumo de energía y agua, y la elección de productos ecológicos. Sería muy interesante que los propios centros educativos dieran ejemplo adoptando prácticas como:

Transporte Sostenible: Fomentar el uso de transporte sostenible, como caminar, ir en bicicleta o compartir coche, puede reducir la huella de carbono de la comunidad escolar. Las escuelas pueden organizar campañas para promover estos medios de transporte y proporcionar instalaciones adecuadas, como aparcamientos para bicicletas.

Eficiencia Energética: Implementar medidas de eficiencia energética en las escuelas puede reducir el consumo de energía y los costos asociados. Esto puede incluir la instalación de luces LED, el uso de sensores de movimiento para el alumbrado y la promoción de prácticas de ahorro de energía entre los estudiantes y el personal.

Consumo Responsable de Agua: Las escuelas pueden instalar dispositivos de ahorro de agua, como grifos con temporizador y cisternas de bajo consumo, y educar a los estudiantes sobre la importancia de no desperdiciar agua.

La conciencia ambiental en España ha aumentado significativamente en los últimos años. Según un estudio, el 93,5% de la población española considera que el cambio climático es una problemática real, aunque el 73,3% cree que no se le está dando la importancia necesaria[2]. Además, el 80% de la población es consciente de la necesidad de realizar cambios para frenar el cambio climático[3]

 

En cuanto a la responsabilidad social, las empresas españolas han mostrado un fuerte compromiso. En 2020, las acciones de responsabilidad social corporativa (RSC) de las empresas impactaron a 158 millones de beneficiarios, un 177% más que en 2019[4]. Además, el 95% de las empresas españolas ya cuentan con una estrategia de RSC alineada a la estrategia empresarial[5].

La vuelta al cole en España es una oportunidad perfecta para fomentar la sostenibilidad, la economía circular, el reciclaje y el respeto al medio ambiente. Al adoptar estas prácticas, no solo estamos contribuyendo a la protección del planeta, sino que también estamos educando a las futuras generaciones para que sean ciudadanos responsables y conscientes del medio ambiente. Cada pequeño paso cuenta, y juntos podemos hacer una gran diferencia.



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