La Mesa de Participación, grupo de trabajo constituido por las asociaciones de
consumidores CEACCU, FUCI, CECU, UNAE y UCA/CAUCE y Mercadona, presenta
la cuarta parte de la “Encuesta de Hábitos de Consumo 2016”.
La encuesta analiza los hábitos de compra y consumo de más de 2.000
consumidores, con el objetivo de conocer mejor al usuario e informarle,
mejorar su protección y conocimiento, y fomentar un consumo responsable y
sostenible.
En esta cuarta parte, y última de las que consta la encuesta, se analiza
la responsabilidad social en los hábitos de producción y compra desde
el punto de vista del consumidor.
Para ello, se estudia la percepción y el conocimiento de la
problemática y de las soluciones para evitar el desperdicio de
alimentos, la sobre-producción mundial de alimentos, etc.
Los resultados completos de la encuesta se pueden encontrar en este enlace.
Principales conclusiones :
Nos encontramos con un consumidor más activo, concienciado y sensible con el
desperdicio de alimentos
o Así, el 94% de los encuestados consideran que el desperdicio de alimentos es un
importante y grave problema.
Esto justifica que el 87% de los encuestados afirmen estar
haciendo ya algo para evitar el desperdicio de alimentos.
o El 67% de los consumidores encuestados consideran que la responsabilidad del
desperdicio de alimentos es de "todos los eslabones de la cadena agroalimentaria". De
manera particular, consideran que esta responsabilidad es de los consumidores (13%),
las administraciones públicas (7%), la hostelería- restauración (5%), el distribuidor (4%) y
el productor (3%). En tal sentido, los consumidores se sitúan a sí mismos como los
principales responsables del desperdicio de alimentos, lo que denota un alto grado
de autocrítica.
Por otro lado, los encuestados señalan una mayor sensibilización por parte del
consumidor frente al resto. De hecho, la mayoría de consumidores (63%), considera que
existe insuficiente sensibilización en las industrias, las empresas comercializadoras o la
cadena agroalimentaria en general, siendo este porcentaje del 47% cuando se refiere a
ellos mismos.
La sostenibilidad de la cadena es un factor importante para los consumidores encuestados
pero, principalmente, por la relación que establece con su salud. Entre los diferentes
conceptos objeto de estudio, la salud es con diferencia el aspecto más valorado en referencia a la
sostenibilidad de la cadena agroalimentaria (31%). En segundo lugar, y en porcentajes muy
igualados, se sitúan la información nutricional (16%) y los impactos ambientales (15%). Más
relegados se encuentran aspectos como las relaciones justas de la cadena (13%) o el valor
ecológico (8%).
Nos encontramos con un consumidor crítico pero poco formado. Así, cuando les
preguntamos por diferentes términos relacionados con la sostenibilidad de la cadena, los
transgénicos se posicionan entre los términos más conocidos con relación a los alimentos. Sin
embargo, más de la mitad de la población desconoce el concepto de “huella ecológica”, solo una
cuarta parte de los encuestados conoce el término de “alimentos irradiados” y sólo una quinta
parte de los encuestados conoce o ha oído hablar de “soberanía alimentaria”. Como muestra el
estudio, solo el 43% dice conocer el significado de “huella ecológica”. Sin embargo, cuando se
explica el término, el 73% reconocen su importancia.
En general, los consumidores encuestados se muestran preocupados y solidarios sobre la
producción mundial de alimentos, aunque no todos, ni del mismo modo.
o Así, resulta significativo que mientras la mitad de los encuestados (50%) cree que en el
mundo se producen alimentos suficientes para satisfacer las necesidades de sus
habitantes, un 33% considera que no se producen suficientes y un 17% dice no saber
nada al respecto.
o Además, en referencia a cuál sería su opción preferida para garantizar el acceso a la
alimentación para la mayor parte de la población, las respuestas más frecuentes son:
53,2%, un reparto más equilibrado y solidario de los alimentos.
41,2%, una gestión y concienciación contra el desperdicio de alimentos.
2,8% el uso de técnicas de ingeniería genética como transgénicos y clonación.
1,7% con un aumento de la producción, con las mismas técnicas actuales, aunque
suponga un problema medioambiental.
1,8% NS/NC.
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