Miel falsificada y
adulterada.
Como hemos podido comprobar
en los últimos tiempos, el caso de la adulteración o incluso falsificación de
alimentos, cada vez es más complejo, y preocupa más a la sociedad y a las
autoridades alimentarias.
El pasado 9 de abril, UNAE,
tuvo la ocasión de reunirse con el presidente de APISCAM, Don Juan Carlos
Álvarez, y con el Profesor Titular de la Universidad Complutense de Madrid, Jorge
Cáceres Gianni , para charlar sobre el problema que está suponiendo para los
productores de miel, la entrada en España de miel adulterada o incluso
falsificada.
En primer lugar, y a fuerza
de ser rigurosos, nos comentaban que hay que partir desde el principio, algo
tan básico como el concepto de miel, que viene definido por la directiva
Europea 2001/110/CE y 2004/63/UE, en la que se especifica que la miel, es un
alimento procedente de las plantas y producido por las abejas. Por tanto, como
vemos, utilizar la denominación MIEL para cualquier otra sustancia que no
encaje en estas características, sería ilícito.
Naturalmente, el mercado
global en el que vivimos, complica las cosas, puesto que pueden llegar
productos, en este caso, miel, de otros países en los que la normativa sea más
laxa, y de este modo, introducir en Europa, y en España, mieles de calidades
inferiores, o que no reúnan los requisitos esenciales necesarios.
Este problema se podría
atajar con controles estrictos en frontera, pero la actual normativa europea,
permite que sea el propio exportador el que aporte la documentación
acreditativa del cumplimiento de los requisitos legales, y el importador, en
este caso la Unión Europea, simplemente
verificará que la documentación esté en regla sin realizar comprobación,
análisis o examen alguno. Esto, como podemos imaginar, ofrece una excesiva
facilidad a los exportadores.
A ello hay que sumar, la
tibieza de la normativa en etiquetado para la miel, en la que no se detalla
claramente el origen de la misma, ni de las mieles que pueden componer el
contenido de un envase.
Actualmente, pueden leerse
etiquetas con expresiones tan chocantes como: Mezcla de mieles procedentes de
la UE y fuera de la UE. Lo cual nos deja, como consumidores, completamente
desvalidos, ya que ni siquiera sabemos los porcentajes de mieles provenientes
de uno u otra zona. Mucho menos de los países productores.
A todo esto, hay que sumar
la verdadera dificultad para distinguir una miel natural proveniente de la
elaboración de las abejas, de una miel artificial creada a partir de azúcar
blanco, por cualquiera de los medios existentes para ello.
Por todo ello, desde la
industria melera y los productores, se lleva años, clamando por un etiquetado
claro, que permita al consumidor conocer la procedencia del producto, con
certeza. Desde la Plataforma: https://etiquetadoclaro.wordpress.com/ , se ha realizado una importante labor de concienciación
para conseguir que se avance en materia de información al consumidor.
Nuestra responsabilidad como
consumidores es exigir una información trasparente y veraz, y una información
ajustada a la realidad para poder realizar el acto de compra con pleno
conocimiento, y tomar las decisiones que libremente estimemos oportunas.
Por eso, apoyamos la
creación de un etiquetado claro, veraz y completo, no solo para la miel, sino
para cualquier producto, bien, o servicio.
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